Alimentación y Emociones: Lograr el Equilibrio

Los alimentos que ingerimos se relacionan con nuestros estados de ánimo.

Si nosotros tenemos un estilo de vida agitado, es probable que sintamos cansancio, agotamiento y la sensación de “tener que esforzarnos para poder vivir”. Esto nos hace sentir tristes, confundidos, y comenzamos a estresarnos… De esta forma, producimos un aumento de adrenalina.

La adrenalina (también llamada epinefrina), es una hormona y un neurotransmisor que produce nuestro cuerpo para liberarla en situaciones de estrés, miedo, peligro o excitación. De esta forma, el cuerpo puede enfrentar situaciones adversas o negativas.

Nuestro organismo dispone de un sistema de auto-regulación, el tipo de alimentación que ingerimos influye en el equilibrio de la química del cerebro y en la proporción de ciertos neurotransmisores. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encargan de la transmisión de las señales desde una neurona hasta la siguiente a través de las sinapsis (conexión de las neuronas).

¿Qué pasa cuando las situaciones negativas abundan en nuestra vida?. Aparece el estrés, lo que lleva a un agotamiento del cuerpo y comenzamos a sentirnos confundidos, tristes, sin energías. La presencia de tanta adrenalina y de cortisol (es una hormona que permite dar  respuesta al estrés) inhiben la respuesta de otros neurotransmisores que se relacionan directamente con el bienestar como son: la serotonina (relacionada con la emoción y el estado de ánimo), melatonina (regula el ciclo sueño-vigilia), endorfinas (alivia el dolor), acetilcolina (permite estimular los músculos) y oxcitonina (nos permite acercarnos afectuosamente con los otros).

Entonces, el exceso de adrenalina nos genera enfermedades como por ejemplo el ataque de pánico, insomnio, depresión, etc. Porque el organismo tiene que generar más cantidad de las que necesita para “hacer frente” a esas situaciones que las interpretamos como negativas.

Una buena alimentación nos puede ayudar mucho. Se puede incorporar alimentos generadores de adrenalina como cafeína (café, mate, té negro, gaseosas), azúcar o exceso de grasas saturadas. Pero si somos una persona con un alto nivel de ansiedad, vamos a tener dificultad para relajarnos si consumimos estos alimentos y potenciará nuestro malestar.

Para lograr un equilibrio emocional, es importante que la química de la sangre esté equilibrada, asi la ansiedad por consumir alimentos que pueden ser nocivos para nuestra salud disminuye al igual que nuestro estado de nerviosismo. A veces nos sentimos nerviosos y no sabemos por qué es.

Nuestro cerebro necesita para nutrirse de tres elementos: oxígeno, glucosa y
grasa. A su vez, el cerebro es el que genera los neurotransmisores que son los que regulan
nuestras conductas emocionales, por lo tanto una buena actividad física y una buena
alimentación, serán necesarios para un buen equilibrio emocional.

Cuando los nutrientes que necesita nuestro organismo no están equilibrados, comenzamos a sentirnos nerviosos, ansiosos, inseguros o temerosos. En cambio, si consumimos la cantidad de proteínas, grasas, azucares, minerales y agua que necesita nuestro cuerpo, las emociones se armonizan. Esto depende de cada persona en particular por lo que es necesario conocer nuestro organismo y registrar las emociones que predominan en nosotros.

Si mantenemos una ingesta equilibrada diariamente vamos a sentirnos satisfechos. Es fundamental estar bien nutridos y comer con moderación, de esa manera nuestro sistema nervioso se apacigua; eliminamos la ansiedad por consumir alimentos que no nos benefician, y vamos a tener la energía necesaria para enfrentar los desafíos diarios.


Fuentes:

  • Racauchi, Liliana – Bidart, José. La Alimentación y las Emociones. Boletín de Salud Psicofísica No 88 | spa las dalias | 15-04-2012. Posada -Centro Ecológico de Terapias Naturales – Córdoba – Argentina.
  • Boeree, George. Neurotransmisores. Departamento de Psicología. Universidad de Shippensburg. Traducción al castellano: Nacho Madrid.

Publicado por Lorena Sánchez

Lic. en Psicología. Especialista en Psicoterapia Cognitiva Conductual.

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