El Estrés Químico y su relación con la Alimentación

Una persona enferma de ansiedad naturalmente va a comer de más, fumar de más o beber de más. El consumo de alcohol, hidratos de carbono, dulces o tabaco, calma en una primera instancia, pero a la larga se adquiere un tipo de estrés que se llama: el estrés químico.

La ingesta de alimentos nocivos para nuestro sistema trae como consecuencia que el hígado se enferme, que la digestión se lentifique, que nuestro intestino tampoco funcione bien y que nuestro estómago se resienta cuando comemos de más.

Como consecuencia de este desajuste, las personas sufren enfermedades que pueden llegar a ser peligrosas. Desde resfríos frecuentes, gastritis,  úlceras estomacales, alergias, dificultades para dormir, infartos, aumentos del colesterol, cambios de humor, hipertensión arterial, depresión anímica, etc. Está comprobado que algunos tipos de cáncer que son producidos en situaciones límites, tienen origen psicosomático.

Las sustancias que producen estrés químico son:

CAFEINA: demasiado café, mate o bebidas colas, aumentan las hormonas del estrés y trae dificultades en el sueño.

AZUCARES: el chocolate y las golosinas aumentan la energía en los momentos de la ingesta, pero el organismo reacciona y para estabilizar el nivel de azúcar en sangre libera insulina y causa una brusca caída de energía.

DIETA DESBALANCEADA: privamos al cuerpo de los nutrientes necesarios para tener un buen funcionamiento físico y mental.

NICOTINA: trae relax a corto plazo pero aumenta el ritmo cardíaco y todos conocemos el daño que opera en el organismo.

El primer paso es darte cuenta de este tipo de estrés y luego conocer las sustancias que lo producen para poder evitar que el mismo aumente.

No te olvides de consultar siempre a un profesional que te ayude en este tipo de situaciones, para estos casos son indicados los licenciados en psicologías y licenciados en nutrición.

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