Hablamos de sobrepeso cuando el peso de una persona está entre un peso normal y la obesidad. Para afirmar que una persona tiene sobrepeso, el especialista en nutrición tiene en cuenta otros indicadores como por ejemplo la edad, el sexo, la estatura, el esqueleto, la masa muscular y la distribución de la grasa.
El sobrepeso tiene consecuencias emocionales debido a que la persona que lo padece puede sentirse menos atractiva, poco interesante, menos inteligente o carentes de voluntad en comparación con las demás personas. Esto puede deberse como consecuencia de la sobrevaloración de la delgadez en nuestra cultura, generando así rechazo hacia sí mismo al no gustar la imagen de su cuerpo.
Suelen ser víctimas de discriminación, potenciando así las consecuencias emocionales para los individuos afectados. Ese rechazo refuerza la sobrecarga de emociones negativas.
Las causas genéticas:
En estas personas, el organismo tiene una gran aptitud para economizar sus reservas y para fabricarlas con un mínimo de alimento.
Existen factores genéticos que favorecen el almacenamiento de grasa o bien, en el caso de las personas delgadas, que facilitan la quema de calorías.
Aunque se pueda heredar una predisposición genética a ser obeso, no es seguro que tenga que ser así. Influye también la presión del medio en que se encuentra la persona, este permitirá que se potencie el factor genérico o por el contrario, lo frenará. Las costumbres alimentarias, el modo de alimentación, la educación sobre los alimentos y el nivel de actividad física.
Por otro lado, los factores emocionales son indispensables ya que favorecerán o no esta predisposición a través de la educación que reciba la persona por ejemplo si tiene dificultad para hacer frente a las emociones negativas y, en vez de procesar sus emociones, opta por comer.
Las causas educativas: Se da cuando en una familia se privilegian la cantidad en vez de la calidad, por ejemplo, si un niño está triste, se le ofrece una gran cantidad de golosinas antes que el diálogo.
Esto se potencia con el ideal de nuestra sociedad sobre la producción y el consumo.
Las causas emocionales: en nuestras emociones influyen la cantidad de los alimentos ingeridos, su calidad, y el sistema de alimentación. La
educación recibida, también ejerce una gran influencia sobre la estructura emocional porque si en vez de hablar sobre lo que siento y procesar esa emoción, minimizo el problema, callo la emoción o busco como tipo de gratificación determinado alimento, no solo no voy a reconocer lo que siento sino que voy a caer en el sobrepeso.
Los trastornos emocionales provocan alteraciones del comportamiento alimentario que a su vez favorecen el aumeto de peso. Asimismo, el aumento de peso tiene consecuencias emocionales.
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