La adicción invisible: conoce los síntomas para prevenirte

Las personas constantemente buscamos satisfacer nuestras necesidades porque eso nos permite alcanzar un estado de bienestar general en nuestra vida. Tendemos constantemente a ello para alcanzar un cierto nivel de satisfacción porque lo relacionamos con la felicidad: «si estoy bien… me siento bien».

Por lo general, la satisfacción la obtenemos en diferentes ámbitos como por ejemplo la familia, el trabajo, el sexo, la comida, el deporte, etc. Si experimentamos una carencia en alguna dimensión podemos compensarla con las satisfacciones que obtenemos en otra, y es ahí donde podemos correr el riesgo de centrar nuestra atención en una sola faceta, aumentando así el riesgo a una adicción. La adicción nos causa dependencia y restringe nuestra libertad; por lo tanto, obtenemos un efecto contrario al deseado.

Las drogodependencias habitualmente se refieren a las sustancias químicas, pero hay suficiente experiencia clínica para hablar también de adicciones psicológicas. Algunas conductas como el juego patológico, el uso desmedido de computadoras, tablets, celulares, etc, la hipersexualidad, la adicción a la comida, el ejercicio físico excesivo, las compras compulsivas o el trabajo absorbente son algunas de las adicciones sin drogas pero tan dañinas como las toxicomanías (alcohol, cocaína, opiáceos, etc).

Como en todas las adicciones, las personas dependientes de internet tienden a negar o minimizar la dependencia de la red. Cada vez se ingresa a esta adicción a edades más tempranas debido a que los pequeños son más vulnerables a los estímulos que la pantalla ofrece o bien, porque crecen en un ambiente adictivo donde sus padres, o hermanos mayores, pasan conectados varias horas al día.

La dependencia a internet comienza de una forma gradual. Su uso hoy en día es muy común y se ha potenciado aún más con la pandemia debido a que las personas pasan más tiempo en sus casas. Internet es un instrumento de comunicación, de trabajo, de ocio, de información, de compra-venta, etc. Supone un cambio en la forma de situarnos ante la realidad y nos conecta a actividades placenteras en las que nos genera muchas ventajas por lo que mejora nuestra calidad de vida. Sin embargo, y como ocurre también en el caso de otras conductas placenteras, podemos quedar atrapado a la realidad virtual, convirtiéndose en una parte central de nuestra vida.

El quedar atrapados a la realidad virtual nos genera comportamientos desadaptativos en los cuales no utilizamos internet como una herramienta necesaria para realizar una acción determinada sino que quedamos «adheridos a la red». Navegamos en internet para buscar una satisfacción inmediata o lo empleamos como un medio para huir de los problemas, por lo tanto, dejamos que controle nuestras acciones.

Además de variar nuestro comportamiento, también notaremos cambios psicológicos como son los siguientes:

-alteraciones de humor , irritabiliadd o pérdida de control.

-ansiedad o impaciencia por la lentitud de las conexiones ; por no encontrar lo que se busca o a quién se busca (en caso de buscar a una persona puntual).

-estado de conciencia alterado (hay una focalización total de la atención; pensamientos constantes relacionados con el acceso a internet, incluso cuando no estamos conectados a la red, y el autoengaño en limitar el tiempo de conexión).

-insomnio, ya que privamos horas de sueño para estar en la red.

-incapacidad para salir de la pantalla (incluso para comer o ir a dormir, etc).

-descuido de actividades importantes como pasar tiempo en familia o relacionarnos personalmente con otros; el trabajo y el cuidado de la salud.

-sentimientos de soledad.

-vulnerabilidad a otras adicciones (búsqueda de satisfacción inmediata).

-serias dificutlades de comunicación con las personas del entorno.

-conflictos en la convivencia: discusiones por quién usa la pantalla o el tiempo en el que se permanece en ella; quejas constantes por el uso de la red.

La red permite satiasfacer dos tipos de necesidades básicas, por un lado la estimulación solitaria (buscamos divertirnos con memes, sonidos, videos, juegos, nuevos programas, etc.) y por otro, la interacción social (es un medio que permite relacionarnos a la vez con mucha gente y sin mínimo esfuerzo). Internet nos ofrece así un mundo seductor e irresistible por eso es importante estar atento a las consecuencias que nos puede desencadenar.

Los factores de riesgo más implicados en esta adicción son: el aburrimiento; la carencia de relaciones u objetivos; la falta de habilidades para desenvolverse en el mundo real; la timidez; la búsqueda de nuevas sensaciones en personas solitarias; la ausencia de una autoestima adecuada; entre otros… con el agrabante que se potencia aún más estas dificultades ya que «internet es un escape sin salida».

Publicado por Lorena Sánchez

Lic. en Psicología. Especialista en Psicoterapia Cognitiva Conductual.

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