Los celos constituyen un sentimiento o una emoción que surge como consecuencia de un exagerado afán de poseer algo de forma exclusiva («me perteneces») y cuya base es la infidelidad-real o imaginaria- de la persona amada. Los celos son un fenómeno común en nuestra sociedad, no siendo en todos los casos un problema psicopatológico.
El significado real del término celo es el de cuidado, interés, y esmero. Ser celoso es una cualidad que permite cuidar aquello que más quiere y desea una persona para que nadie se lo arrebate. Por tanto el papel adaptativo de los celos estaría en asegurar la estabilidad de la relación y la de prevenir, hasta cierto punto, la promiscuidad.
No es fácil, por tanto, establecer el límite entre los celos normales y los celos patológicos, pero existen diferentes grados.
¿Cómo saber si tengo celos patológicos?
Hay que tener en cuenta tres características nucleares:
1) La ausencia de una causa real desencadenante.
2) La extraña naturaleza de las sospechas.
3) La reacción irracional, con pérdida de control, de la persona afectada.
¿Cuándo los celos se vuelven patológicos?
Lo que confiere un carácter patológico a los celos son:
1) La intensidad desproporcionada de los celos.
2) El sufrimiento experimentado por el sujeto.
3) El grado de interferencia grave en la vida cotidiana.
¿Cómo es la personalidad del celoso?
La personalidad celosa viene configurada por una vulnerabilidad psicológica: en una relación de pareja hay que aceptar un cierto grado de incertidumbre en relación a la posible pérdida o abandono del otro. Un factor de vulnerabilidad sería una necesidad extrema de certeza unida a una necesidad de control de la persona amada. Estos dos factores se relacionan también con la historia de aprendizaje de la persona.
En la personalidad celosa aparecen las siguientes características:
1) Hay mucha inseguridad en sí mismo.
2) Aparecen rasgos predominantes de dependencia emocional. En las dependencias emocionales se destacan las siguientes características:
– Una preocupación extrema a ser abandonada/o.
-Una clara y elevada necesidad de apoyo.
-Una necesidad excesiva de aprobación por parte de los demás.
-El gusto por las relaciones exclusivas. Se quiere disponer continuamente de la presencia de la otra persona como si estuviera «enganchado» a ella o a él.
-Una tremenda necesidad afectiva.
No todos los dependientes emocionales son celosos, pero sí todos los celosos tienen rasgos dependientes.
