Tips para mejorar el rendimiento escolar:

El rendimiento escolar de nuestros hijos es un tema que suele generarnos preocupación constante a lo largo de todo el año lectivo. Si nuestro hijo cumple medianamente con nuestras expectativas estaremos relajados, pero en caso de que no sea así, hay que tener en cuenta las múltiples causas que pueden estar incidiendo en su mal rendimiento escolar.

Las causas pueden estar relacionadas con factores internos tales como: influencia genética; por falta de motivación al estudio o al momento de acudir a clases; o por problemas más complejos como ciertos trastornos por ejemplo el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), dislexia, disgrafía, etc. Para estos casos, para saber si presenta algún problema específico de aprendizaje, se requiere de una interconsulta con un profesional. Cada caso es diferente y requerirá una evaluación personalizada ya sea con un licenciado en psicopedagogía (en caso de dificultades específicas de aprendizaje) o en psicología (en caso de factores personales, emocionales, familiares, etc que influyan en el rendimiento escolar). 

También existen causas por factores externos: como ciertas condiciones ambientales, el entorno socio-cultural o emocional de la familia que llevan a generar dificultades en el aprendizaje.

Es importante considerar el ritmo de aprendizaje de su hijo, las habilidades y dificultades que presenta, ya que algunos chicos necesitan más tiempo que otros para integrar e incorporar la información a estudiar. Se requiere tener en cuenta la atención individualizada que necesita cada estudiante.

Por lo tanto, cuanto antes evaluemos la situación e intervengamos para corregir la dificultad, mejor será el pronóstico. 

Aspectos a tener en cuenta para mejorar el rendimiento académico:

  • Motivación: Si no hay motivación al momento de estudiar, es muy difícil mantener un rendimiento óptimo. Por eso es fundamental generar motivación, para esto se recomienda que el chico primero cumpla con sus responsabilidades para luego adquirir algo que desea por ejemplo que sepa que para ir con sus amigos, antes tendrá que completar sus estudios.

Por otro lado, hay que tener en cuenta si esa desmotivación surgió de repente o fue agravándose con el paso del tiempo. En este último caso puede deberse a factores externos.

  • Trayectoria: Se refiere a la actitud que fue construyendo a lo largo de su experiencia académica. Hay quienes han presentado dificultades en el procesamiento y comprensión de la información que tienen que estudiar y quiénes han adquirido con rapidez los conocimientos. 

En el primer caso, puede aparecer desinterés en el estudio, por las dificultades que tuvieron que atravesar en todos los años previos. Esto dificultaría la motivación por el estudio.

En el segundo caso, puede aparecer confianza en sí mismo como consecuencia de «entender rápido» pero a veces esto no es suficiente para aprobar y/o aprender.

  • Hábitos de estudio: Estos influyen significativamente, ya que si hay hábito de estudio es porque anteriormente se han cumplido y mantenido en el tiempo con ciertas pautas, como estudiar todos los días una cierta cantidad de tiempo, en un horario determinado, en un mismo lugar, etc. 

Si no han incorporado hábitos de estudio en la niñez, se dificultará más adquirirlos en la adolescencia. A pesar de esto, siempre estamos a tiempo de generar esos hábitos.

Para generar hábitos de estudio es importante tener las condiciones necesarias para estudiar. Por lo tanto, se requiere además del material de estudio apropiado, un espacio suficiente en un lugar silencioso y alejado de elementos distractores como ventanas a la calle, televisión, etc., iluminación y temperatura adecuada. El estudiante puede personalizar su rincón de estudio según sus gustos y preferencias para sentirse cómodo en él.

  • Plan de estudio: diseñar un plan de acción para estudiar de manera eficaz ayuda a la motivación, a la autonomía y autoestima.

Para esto diseñamos en conjunto con nuestro hijo, los objetivos que queremos alcanzar teniendo en cuenta sus posibilidades. Puede haber objetivos a corto, mediano y largo plazo. Empezamos con el objetivo final por ejemplo «pasar de año» y luego marcamos los necesarios para alcanzarlo; por ej. a corto plazo «estudiar cierto tiempo todos los días»; a mediano plazo «cumplir con los trabajos y tareas de todas las materias en la semana» y a largo plazo por ej. «no dejar tareas ni trabajos inconclusos en el mes».

Cómo alternativa, podemos proponerle que diseñe solo su plan de estudio y luego supervisar para realizar correcciones que consideremos necesarias.

  • Ser un buen modelo: nuestros hijos aprenden más por lo que ven de nosotros que por lo que le decimos porque somos sus modelos de referencia. Pesa más nuestras acciones en vez de nuestras instrucciones.

Por lo tanto es necesario dialogar con él/ella de manera sincera para expresar nuestro deseo e intención ante el estudio, brindarle ayuda y/o apoyo, sentarme a estudiar con él/ella, tener en cuenta las asignaturas y fechas de exámenes, buscar recursos que faciliten su estudio como un profesor particular, acompañarlo a una biblioteca, buscar información en internet o lo que se considere necesario para que note nuestra predisposición en ayudarlo. Antes de recriminarle o reclamarle el cumplimiento de sus deberes, se le puede mostrar los aspectos en los que ha avanzado positivamente (esto le dará seguridad y notará nuestra confianza en sus capacidades).

Otras sugerencias:

  • Asista regularmente a las reuniones del colegio de su hijo. 
  • Procure mantener siempre una opinión positiva y colaborativa con la institución educativa. 
  • Intercambien información acerca de los avances de su hijo. La maestra y/o profesores pueden comunicarle los puntos fuertes y débiles del estudiante para poder reforzarlos en casa. Hay que tener en cuenta también el estilo de aprendizaje qué predomina para facilitar la comprensión del material de estudio. No obstante, si nuestro hijo no avanza en el estudio, tendremos que modificar su forma de aprender.

Más allá de lo expuesto, para lograr el éxito en el estudio es importante contar con expectativas realistas y no exigir por encima de las posibilidades y capacidades de nuestro hijo. 

Publicado por Lorena Sánchez

Lic. en Psicología. Especialista en Psicoterapia Cognitiva Conductual.

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