Mindfulness: ¿por qué es necesario practicarlo?

Mindfulness o atención plena consiste en prestar atención de una manera especial. Este tipo de atención es intencional, en el momento presente y sin juzgar los pensamientos u otros estímulos del ambiente en el que se encuentra la persona. 

Para practicar mindfulness se requiere de ciertas actitudes:

– Aceptación. Aceptar la realidad, todo aquello que estamos observando o sintiendo en ese determinado momento.

Sin juzgar. No se realiza ningún tipo de juicio sobre aquello que se está observando o sintiendo.

Mente de principiante. Se caracteriza por la curiosidad y estar dispuestos a recibir (apertura mental) todo aquello que percibimos y experimentamos.

Vivir el presente. Centrarse en el momento presente significa que todo lo relacionado con el pasado y con el futuro se va desvaneciendo.

– Soltar. Es un término muy común de escuchar y se refiere a que no hay que aferrarse a las cosas o las experiencias.

– Actitud de amor. Presentar una actitud afectiva de bondad, de amor o cariño hacia lo que estamos observado.

-Compasión. Aparece cuando esa bondad amorosa que sentimos se dirige a personas que experimentan cualquier tipo de sufrimiento. La compasión se diferencia de la lástima.

– Autocompasión. Surge cuando esa bondad amorosa se dirige hacia nosotros mismos.

Mindfulness se puede emplear como una técnica para trabajar en terapia, o bien de manera más abarcativa, para realizar ciertos tratamientos. Para este caso, se lo utiliza en diferentes patologías como enfermedad coronaria, hipertensión, cáncer, dolor crónico, fibromialgia, diabetes tipo 1, asma, psoriasis, cefaleas, esclerosis multiple, adicciones, ansiedad, estrés, trastorno del estrés postraumático, depresión, trastorno obsesivo, trastorno de la alimentación, etc. Otra cualidad, no menos importante, es que se puede llevar a cabo en la vida diaria con el objetivo de tener un mayor bienestar y calidad de vida.

Según el objeto donde se dirige la atención tendremos mindfulness centrado en la respiración, en las sensaciones físicas, en cada uno de los cinco sentidos (vista, oído, gusto, olfato, tacto), en las sensaciones internas corporales (sexto sentido), en la actividad mental (pensamientos, imágenes mentales, emociones), en las relaciones (con nosotros mismos, con otros, con todo el universo).

Para que la autoobservación sea terapéutica, se requiere de ciertas condiciones como prestar atención a lo que ocurre en el presente; no comparar el estado actual con un estado ideal; no juzgar lo que observamos y aceptar la no permanencia de la experiencia.

Usar este tipo de técnica permite:

1 Estar más conectados con uno mismo, con los demás y con el mundo que nos rodea.

2 Presentar menor reactividad emocional y menor reacción frente a experiencias desagradables.

3 Identificarnos menos con los pensamientos («no soy lo que pienso»). 

4 Reconocer el cambio constante (pensamientos, emociones y sensaciones que surgen y luego desaparecen).

5 Obtener un mayor equilibrio. Sentir mayor calma, paz, mayor aceptación y compasión de nosotros mismos.

6 Lograr mayor tranquilidad y relajación.

7 Desarrollar habilidades naturales para resolver los conflictos.

Publicado por Lorena Sánchez

Lic. en Psicología. Especialista en Psicoterapia Cognitiva Conductual.

4 comentarios sobre “Mindfulness: ¿por qué es necesario practicarlo?

Deja un comentario