Los hábitos alimenticios son patrones de comportamiento que tienen las personas en relación con la alimentación. Incluyen qué, cuándo y cómo se come.
Hay varios factores que pueden influir en los hábitos alimenticios de una persona, incluyendo la cultura, la educación, el entorno social y familiar; los gustos y preferencias personales, el estrés, la ansiedad y la depresión.
Estos hábitos pueden ser saludables o no saludables, y pueden tener un impacto significativo en la salud física y mental de una persona.
Los hábitos alimenticios saludables incluyen comer una variedad de alimentos nutritivos y equilibrados, como por ejemplo frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros. Además, nos permite prestar atención al tamaño de las porciones y al comer con moderación, así como también limitar el consumo de alimentos procesados, azúcares agregados y grasas saturadas.
Es importante adoptar hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana, ya que los hábitos formados durante la infancia y la adolescencia pueden durar toda la vida. Para fomentar hábitos alimenticios saludables en los niños, es importante modelar comportamientos saludables y ofrecer opciones saludables y nutritivas en el hogar y en la escuela.
Por otro lado, los hábitos alimenticios no saludables pueden incluir comer en exceso, saltarse comidas, comer alimentos ricos en grasas y azúcares, consumir alimentos procesados y comidas rápida, beber bebidas azucaradas y alcohólicas en exceso. Estos hábitos pueden aumentar el riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes, enfermedades del hígado y otros problemas de salud. Además, también es importante tener en cuenta que los hábitos alimenticios no saludables pueden ser difíciles de romper.
Puede ser útil trabajar con profesionales de la salud. Es recomendable asistir a un tratamiento en el que trabajen conjuntamente un nutricionista con un terapeuta, para establecer metas realistas teniendo en cuenta cada caso en particular y desarrollar un plan de alimentación saludable; fomentando así la salud física y mental.

En conclusión, los hábitos alimenticios tienen un impacto significativo en la salud física y mental de una persona. Adoptar hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana y trabajar para romper hábitos no saludables pueden ayudar a promover una vida saludable y activa.
A continuación detallaré algunos consejos para obtener buenos hábitos alimenticios:
- Comer una variedad de alimentos nutritivos: incorpora en tu dieta diaria las frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables.
- Planificar las comidas: planifica con anticipación tus comidas para evitar la tentación de comer alimentos no saludables.
- Comer en horarios regulares: trata de comer en horarios regulares y no saltearte las comidas, especialmente el desayuno. Desayunar te permite mantener el metabolismo activo y te proporciona energía para el resto del día.
- Limitar el consumo de alimentos procesados y azúcares agregados: los alimentos procesados y las bebidas con azúcares agregados son altos en calorías y bajos en nutrientes.
- Comer porciones moderadas: presta atención al tamaño de las porciones y come con moderación.
- Beber suficiente agua: bebe suficiente agua para mantenerte hidratado y evitar confundir la sed con el hambre.
- Hacer ejercicio regularmente: el ejercicio no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también puede ayudar a reducir los antojos de alimentos poco saludables.
- Ser consciente del entorno: trata de evitar comer en lugares con tentaciones poco saludables, como máquinas expendedoras o kioscos.

Adoptar hábitos alimentarios saludables lleva tiempo y esfuerzo, pero los beneficios para la salud a largo plazo valen la pena. Se paciente y seguí trabajando en desarrollar hábitos alimentarios saludables sostenibles a largo plazo.
