Los 5 beneficios más importantes  de las frutas 

Siempre escuchamos la importancia del consumo de frutas, pero realmente porque son indispensables en nuestra vida?

Quiero que recuerdes estos 5 beneficios para así agregarla diariamente en tu vida:

  1. Aportan una gran cantidad y variedad de vitaminas y minerales, colaborando a fortalecer el sistema inmunitario.
  2. Otorgan fibra, la cual ayuda para evitar la constipación, a dar saciedad y a regular el azúcar en sangre.
  3. Tienen en su composición agua, lo que ayuda a la hidratación del organismo
  4. Contribuyen a la eliminación de Toxinas
  5. Ayudan a disminuir la prevalencia de ciertas enfermedades: obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiacas, algunos tipos de cáncer, entre otros.

Recordá que es importante su consumo diario y fundamentalmente variar su selección para garantizar el aporte de todos sus nutrientes y potenciar sus beneficios.

Claves para mejorar la pareja

Estar en pareja es fácil, lo difícil es mantenerla estable. Este articulo pretende ayudarte a reflexionar sobre la calidad de la relación amorosa que tenés.

Es importante tener presente la historia de nuestra relación, ya que es el origen de lo que construimos con el otro. Nos remitimos al pasado para recordar aquello que te enamoró del otro, lo que te hizo sentir en un primer momento…

Luego evaluar el presente, ¿qué es lo que tengo actualmente?, ¿cuáles son las acciones que suman y las que restan para que nuestra relación se mantenga de esta manera?

El futuro es incierto, pero es importante que haya expectativas en la relación. ¿Cuáles son las expectativas que tengo sobre la relación y cuáles son las que el/ella tiene de nosotros?

Hay una serie de items a continuación que permiten profundizar el análisis de nuestra calidad emocional en la relación de pareja.

Comunicación vs. diálogo: es importante y necesario comunicarme con el otro. Esto nos permite conocernos, expresarnos, informar sobre lo que pienso y/o siento sobre distintas situaciones. La comunicación es la transmisión de un mensaje, en cambio el diálogo es la conversación, sobre determinado aspecto, que permite llegar a un acuerdo y encontrar una solución. No siempre que comunicamos dialogamos. El diálogo es imprescindible para mantener una relación saludable.

Necesidad vs. deseo: El deseo expresa aquello que queremos conseguir del otro, de nuestra relación o de mi persona dentro de la relación; es un anhelo. La necesidad muestra una carencia, la falta de algo que creo o siento necesario que esté para que la relación funcione. Cuando me comunico con el otro tengo que tener en cuenta si estoy expresando un deseo o una necesidad, ya que el deseo puede convertirse en una demanda y generar conflictos en la relación de pareja.

Percepción de la relación vs. percepción del otro: Lo que yo piense de mi relación y de la forma de ser de mi pareja me influye directamente en mis emociones y acciones. Por lo tanto, debo tener una visión lo más objetiva posible para no caer en el error ni en fantasías.

Cambios vs equilibrio: Para que una relación avance es importante que aparezcan los cambios, de lo contrario la relación se estanca. Algunos cambios son la formalidad, el compromiso y/o casamiento, la convivencia, los hijos, viajes, proyectos en común, etc. Si bien los cambios son necesarios para que la relación avance, es importante que estos se mantengan con cierto equilibrio en el tiempo ya que, si la pareja decide concretar algo juntos, ambas partes tienen que mantenerse firme ante la decisión. De lo contrario se vuelve insostenible cualquier proyecto.

Culpabilizar vs culpable: Cuando aparece un conflicto es importante definirlo, saber cómo actuamos, qué aspectos solemos repetir en las discusiones, qué es lo que tengo que modificar y con qué recursos cuento para eso, cómo regulo las emociones que me genera ese conflicto y qué es lo que tengo que asumir de responsabilidad ante él. Si suelo culpabilizar, mi pareja puede sentirse atacada por mí y contraatacarme (esto alejaría mi propósito de solucionar el inconveniente). Si considero que el/ella es la del error, tengo que juzgar las acciones y no su forma de ser por ej. «cuando realizaste esa actitud, me hizo sentir…» en vez de decir «me siento así porque sos …» En cambio, si generalmente suelo culparme ante ciertas situaciones, ya sea porque es mi responsabilidad o para terminar con la discusión, estoy mostrando en ambos casos que no hay cambio (esto puede solucionar determinado inconveniente, pero no el problema dentro de la relación)

Dependencia vs. independencia: Para mantener una relación saludable es importante ser uno en la relación. «No hay media naranja sino dos naranjas». La independencia me permite sentirme libre dentro de la relación y la dependencia me permite estar sujeto a esa persona. Hay un equilibrio, depender hasta cierto punto porque dentro de la relación está mi independencia; yo decido estar con el otro.

«Lo hago sólo por vos» vs. «dejá, lo hago yo»: Son dos frases tóxicas para la relación. Si me cargo con responsabilidades y todo lo hago yo, o si mi comportamiento depende exclusivamente para que el otro me acepte, me quiera o no me deje, voy a actuar para el otro. En este caso voy a dejar de ser yo para complacer únicamente al otro. Es favorable que en la relación podamos complacer al otro, pero esa acción no debe limitar constantemente mi forma de ser ya que tengo que sentirme cómodo dentro de la relación.

Emociones explícitas vs emociones subyacentes: Es importante poder expresar mis emociones, pero es apropiado que pueda prestarle atención. Las emociones explícitas son las que demuestro, las emociones subyacentes son las que se encuentran en un nivel más profundo. Todo lo que siento me muestra lo que me está pasando y tengo que reconocer si lo que expreso se relaciona directa o indirectamente con lo que siento. A veces, un enojo puede estar ocultando una angustia o la alegría puede ocultar a la tristeza, etc.

La pérdida de peso podría reducir el riesgo de adenoma colorrectal

Durante los últimos 30 años, la obesidad ha aumentado en todo el mundo, lo que ha llevado a un mayor desarrollo de muchas enfermedades crónicas. En este sentido, la obesidad es también un factor de riesgo conocido para el adenoma colorrectal y el cáncer colorrectal.

El impacto del cambio de peso en el riesgo de adenoma colorrectal es menos claro y podría tener implicaciones importantes. Los investigadores evaluaron en este caso el cambio de peso en la edad adulta y el adenoma colorrectal incidente.

Para realizar este trabajo, publicado por Oxford University Press, se evaluó el cambio de peso durante la edad adulta temprana-tardía (edad 20 años al inicio, es decir, edades 55-74 años), edad temprana-media (20-50 años) y edad media-tardía (50 años-línea base) utilizando el peso autoinformado datos en relación con el adenoma distal incidente en el ensayo de detección de cáncer de próstata, pulmón, colorrectal y de ovario.

Los resultados fueron similares para la edad adulta temprana y media, pero menos pronunciados para la edad adulta media y tardía.

Los autores habrían encontrado que, en comparación con el peso estable, la reducción de peso en la edad adulta se asociaba con una reducción del 46 % en el riesgo de adenoma colorrectal.

Los resultados sugerirían la importancia de mantener un peso saludable durante la edad adulta para prevenir el adenoma colorrectal. Además, los adultos con sobrepeso u obesidad podrían reducir el riesgo de desarrollar adenoma colorrectal al perder peso.

Nota extraída

Publicada por www.nutrinfo.com.ar el 24 de febrero de 2022

Full text: https://doi.org/10.1093/jncics/pkab098

Fuente: IntraMed

Para más información: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=100184&fuente=inews&uid=235266&utm_source=inews&utm_medium=inews&utm_campaign=inews

¿Conflicto con la comida? Tips para mejorar la relación entre comer y sentir.

Comemos cuando tenemos hambre, pero ¿quién no ha comido cuando estuvo aburrido, preocupado, nervioso, ansioso o triste? Muchas veces optamos por recurrir a la comida como consuelo, como compañía, como un modo de callar o «tragar» una preocupación, un problema o para ayudarnos a enfrentar una crisis. Enfrentar situaciones que nos generan incertidumbre, preocupación y emociones perturbadoras como ansiedad, angustia, tensiones, etc. (ya sea por algún motivo personal o por una situación particular de alguien a quien apreciamos), nos produce estrés y podemos caer en la desregulación emocional, dónde la única solución o anestesia es comer (obteniendo un nuevo problema). No regular nuestras emociones puede generar conflicto en lo neurobiológico, en lo vincular y en lo interpersonal.

Por lo general, en los trastornos alimentarios hay conflictos nucleares que subyacen y que tienen que ver con la historia personal, con la identidad, con la subjetividad y con la intersubjetividad. Quien lo padece cree que no puede manejar la situación porque siente que no tiene los recursos necesarios para ello. Eso que no puede controlar a nivel interno lo controla a nivel externo, en lugar de solucionar el problema lo incrementa aún más porque se pone en una situación de riesgo para su salud.

Entonces… ¿cuándo recurrir a la comida?, ¿cómo controlamos nuestras emociones?, ¿con qué aliviar el malestar?, ¿cuándo me doy cuenta de que me invade una emoción negativa?, ¿puedo manejar esa emoción?, ¿por qué es necesario identificarla/s?, ¿qué hacer con eso?.

Para expresar adecuadamente las emociones hay que:

1º. Darse cuenta de ¿qué estoy sintiendo?.

Para eso tengo que detenerme y observarme a mí mismo. ¿Qué me pasa?, ¿qué siento?, ¿qué me digo?

2º. Dar las razones, ¿por qué siento eso? y los antecedentes de esa emoción, ¿qué pasó que me hizo sentir eso?

Preguntarme ¿por qué me siento así? Me siento así porque…, ¿qué ha ocurrido antes de estar así?, ¿qué hice otras veces cuando sentí esto?, ¿qué dije?, ¿qué dijo o hizo la otra/s persona/s?

3º. Expresar esa emoción y/o sentimiento con expresión verbal adecuada y un lenguaje corporal oportuno. Esto supone:

  • buscar el lugar adecuado.
  • describir breve y claramente cómo me siento.
  • dar las razones y causas de ese sentimiento.
  • agradecer a la otra persona por escucharme.

Recordar que el objetivo no es solucionar el problema sino poder expresar lo que interpreto de determinada situación. Tampoco es buscar responsables ni culpabilizarnos por haber hecho (o no hecho) algo en particular.

4º. Buscar modos para atender e intensificar la emoción (cuando esta es agradable) y reducir o eliminar la emoción (en caso de ser desagradable). Para esto es importante trabajar sobre el auto­control, buscar relajación y/o pedir ayuda.

Somos responsables de lo que hacemos (o no hacemos) y esto influye en nuestra calidad de vida. Las situaciones negativas van a aparecer, el secreto está en saber cómo manejarme y manejarlas.

¿Cómo aumento el autoestima en un niño?

Para saber si un niño tiene buena o baja autoestima es importante prestar atención a sus comportamientos y/ o comentarios sobre su desempeño o sobre sí mismo en general.

Los niños con baja autoestima suelen:

  • ser muy críticos consigo mismos,
  • sentirse inferiores en relación a los demás niños,
  • focalizarse específicamente en aspectos negativos,
  • dudar de que son capaces de hacer las cosas bien,
  • carecer de autoconfianza y autovaloración.

Los niños que tienen buena autoestima suelen:

  • animarse a enfrentar nuevos desafíos porque confían en que son capaces de lograrlo,
  • desempeñarse asertivamente, ya que el creer en ellos le genera buenos resultados,
  • sentirse orgullosos de las cosas que puede hacer,
  • tener pensamientos positivos sobre sí mismos,
  • aceptar sus errores sin mayores inconvenientes,
  • sentirse seguros ante su accionar,
  • sentirse valorados, queridos y aceptados por los demás.

La autoestima se construye a traves de diversas experiencia. La vamos desarrollando a lo largo de toda nuestra vida.

Saber esto es sumamente importante para no determinarnos (en el caso de la baja autiestima) y para mantener una autoestima sana (en caso de que sea buena).

Algunos consejos a tener en cuenta:

  1. Escuchar al niño, aunque no consideremos importante lo que tenga para decir.
  2. Comunicarme con el, hablar de cosas tanto importantes como superfluas.
  3. Demostrarle afecto de forma verbal y gestual.
  4. Repetirle que es una persona importante para nosotros.
  5. Brindarle estabilidad emocional, no amenazarlos con que si se portan de cierta manera lo vamos a querer más o querer menos.
  6. Brindarle serenidad, la paciencia es imprescindible para que pueda aprender a autoregular sus emociones.
  7. Ofrecerle oportunidades para desempeñarse independientemente.
  8. No sobreprotegerlo.
  9. No transmitirles nuestros miedos.
  10. Fomentar su autonomía.
  11. Motivarlo a que decida por él mismo y asuma riesgos.
  12. Motivarnos por lo que le gusta y/o le hace bien.
  13. Ayudarlo a que asuma responsabilidades, no responsabilizarnos nosotros por sus acciones ni privarlo de cometer errores.
  14. Enseñarle a delimitar objetivos personales.
  15. No centrarnos sólo en aquello que hace mal o que aún le falta desarrollar.
  16. Las críticas deben dirigirse a su comportamiento y no a su persona.
  17. No generalizar.
  18. No despreciar.
  19. Poner límites claros y firmes, sin ser autoritarios.
  20. Transmitirle que es una persona única e irremplazable.
  21. Aceptarlo y respetarlo como es.


El niño que fue aceptado y amado … es un adulto que se quiere a sí mismo… a pesar de sus defectos.

¿Cómo salir de la baja autoestima?

La autoestima es la opinión general que tenemos de nosotros mismos, cómo nos evaluamos, juzgamos y nos conducimos en la vida. Se refiere al valor que nos otorgamos como seres humanos y consiste en una actitud positiva hacia nosotros mismos.

La autoestima se va construyendo gradualmente. A través de las experiencias que tenemos vamos formando, desde nuestra infancia, un cuerpo de conocimiento acerca de nosotros mismos. A medida que vamos creciendo vamos adquiriendo un mayor grado de conciencia y, como resultado, surge una autoestima satisfactoria o una baja autoestima, según como nos evaluemos ante distintas situaciones.
Tenemos una experiencia (esta puede ser temprana o tardía), que va a permitir formar cierto conocimiento sobre cómo nos vemos a nosotros mismos y el valor que nos otorgamos como personas. A medida que vamos atravesando las experiencias, vamos construyendo distintas creencias o reglas que nos dicen lo que debemos hacer y nos dicen también qué pasará si no lo hacemos. Entonces ante una situación a enfrentar, aparecen estás predicciones que van a generar ciertas emociones.

Por ejemplo si tengo que enfrentar una situación y me siento ansioso por eso, voy a tener predicciones negativas que se van a retroalimentar y mi comportamiento será la evitación (o conductas no adaptativas a la situación que tengo que afrontar). Por lo tanto, voy confirmando lo que creo de mí mismo.

La baja autoestima aparece cuando este circuito se retroalimenta con pensamientos autocríticos porque estos despiertan emociones como tristeza, angustia, desesperanza, etc. y, por lo tanto, me voy a percibir negativamente ante esa determinada situación. Así voy sosteniendo el circuito de la baja autoestima, percibiéndome negativamente o de modo insuficiente ante las situaciones. Este es el modelo cognitivo de la baja autoestima.

La baja autoestima puede aparecer ante:
– un aspecto de mi forma de ser en la que me percibo como insuficiente.
– un estado animo actual (sin ser persistente en el tiempo).
– una consecuencia de algún problema en particular.
– una vulnerabilidad en mi forma de ser como ansiedad, depresión, trastorno alimenticio, etc.

Para mejorar el autoestima es importante no sólo idénticar lo que pensamos sino modificar nuestros pensamientos autocríticos, aceptar nuestros errores y comprender que hay situaciones en las que nos vamos a sentir más cómodos y otras en las que tenemos que esmerarnos un poco más, pero todo es posible si la enfrentamos positivamente.

Caprichos: ¿qué son y cómo actuar ante ellos?

Es indispensable entender los caprichos de los niños para saber cómo actuar y no dejarnos manipular ante su llanto o rabieta. La conducta caprichosa es un mecanismo con el que el niño busca satisfacer un gusto sin una motivación justificada. Cuando esto ocurre, anhela –por encima de cualquier consideración razonable– que se haga su voluntad. El deseo del niño de que las personas satisfagan su voluntad a toda costa es lo que se conoce como “capricho”.

Sería muy fácil eliminar o disminuir las conductas caprichosas si no estruvieran acompañadas por comportamientos agresivos, pero estos aparecen porque permiten llamar la atención del adulto. A veces las lágrimas y los “pucheros” hacen que los padres cedan ante el deseo del niño.

El problema ocurre cuando los caprichos se repiten. Esto aparece cuando el niño descubre que por medio de estos comportamientos obtiene todo aquello que desea. En varios casos, los caprichos suelen estar acompañados de acciones agresivas como golpes o gritos.

¿Qué hacer ante esto? Algunos consejos podrían ser:

  • Explicar los roles. Es importante que el niño sepa cuáles son los roles de sus padres o adulto cuidador y de él mismo dentro de la familia.
  • Brindar afecto. Para lograr que el niño tenga un desarrollo apropiado, es necesario que se sienta amado y protegido fundamentalmente por sus padres. Además que cuente con una educación en su hogar y con la transmisión de valores.
  • Expresar autoridad. La autoridad que debemos tener como adultos, no constituye una función de poder o jerarquía que habilite a comportarse en forma arbitraria, sólo es un rol con derechos y obligaciones, con tareas y responsabilidades específicas.
  • Manifestar reglas claras. Las reglas en el hogar deben ser cumplidas por todos los miembros de la familia y los padres somos el ejemplo. Hay que ser firme pero sin usar castigos físicos. Es necesario poner normas y límites para que el niño sepa qué deben y qué no deben hacer, pero nosotros los adultos, debemos saber por qué prohíbimos realizar determinada acción y cuál es su objetivo.
  • Enseñarle a ser consecuente con sus caprichos: Es preciso que el niño entienda la diferencia entre capricho y necesidad; entre querer y necesitar. Por ejemplo: ir a la escuela no es un capricho de los padres, sino una necesidad para el niño.
  • Mantener la calma. Es fundamental poder dominar nuestras emociones de enojo o frustración ante un capricho y transmitirle calma al niño para que se tranquilice y recupere su control. Una vez tranquilo, debemos cumplir con la sanción correspondiente por haber hecho determinado berrinche. Ambos padres deben tener la misma postura aunque uno de ellos esté disconforme, y si no están en casa, la sanción deberá ser cumplida al volver, sin excepción. De esta manera el niño irá aprendiendo la diferencia de un mal comportamiento de uno bueno.
  • Buscar alternativas al capricho. Consiste en buscar alternativas que no responda a su capricho para distraerle y hacerle olvidar que quiere algo.

Las conductas adecuadas a seguir son:

  1. Hablar claro: saber manejar las discusiones, tener actitud argumentativa y reconocer las buenas conductas.
  2. Respaldar las palabras con hechos: les demuestra claramente que no sólo nos limitamos a hablar, sino que también ejecutamos las acciones cuando son necesarias.
  3. Establecer anticipadamente las reglas: al niño debemos informarle, claramente y de antemano, que determinada conducta inapropiada provocará inevitablemente cierta acción en sus padres.

Las conductas ineficaces son:

Inseguridad: Si nos mostramos indecisos generamos falta de convicción. Esto aparece cuando por ejemplo:

  1. Realizamos afirmaciones en forma de preguntas.
  2. Cuando preguntamos sobre la causa del mal comportamiento «¿por qué haces esto?» y esperamos una explicación coherente del niño donde muchas veces actúa sin saber sobre su comportamiento o no quiere expresar el verdadero motivo.
  3. Negociar de igual a igual con el niño, esta actitud es inapropiada ya que los padres son quienes tienen la autoridad.
  4. Rogarle para que se porte bien. Esto mostraría una imagen de adulto frágil y débil por lo que lleva a la desobediencia y a la desvalorización.
  5. Ignorar la desobediencia. El dar una orden y no verificar su cumplimiento es como mostrarle al niño “tengo que darte esta orden…, pero si no me haces caso, no te preocupes porque no te pasará nada” y así el niño aprende a no tomar en serio nuestras órdenes.

Respuestas hostiles: la agresividad en todas sus formas es inadmisible.

  1. Castigos físicos: esto genera en el niño una sensación de rechazado y este distanciamiento obstaculiza una buena comunicación entre el y sus padres .
  2. Penitencias excesivas: el castigo debe tener un comienzo y un final. Cuando es excesivo puede generar miedo al adulto en vez de respeto.

La falta de límites y de disciplina no hace feliz a los niños… ni a sus padres.

Recomendaciones para prevenir la obesidad infantil

La obesidad infantil está alcanzando proporciones alarmantes en muchos países y supone un desafío urgente y serio a abordar, ya que se lo considera un factor de riesgo para la salud del individuo, riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y tener obesidad en la adultez. Este problema tiene serias implicaciones en la vida del niño porque afecta su bienestar físico, psicológico y social .

La obesidad durante la infancia tiene graves consecuencias sobre la salud física como por ejemplo complicaciones musculoesqueléticas, ortopédicas, dificultades del sueño, etc. Constituye una causa directa de morbilidad.

A nivel psicológico, puede conllevar dificultades emocionales y desencadenar depresión, ansiedad, baja autoestima, etc y dificultades en la conducta afectando el desempeño escolar y familiar del niño.

En las relaciones sociales también puede haber complicaciones. El niño puede querer aislarse del grupo, manifestar conductas introvertidas, o bien el grupo de pares lo excluye con conductas discriminativas.

Algunas recomendaciones a tener en cuenta para prevenir la obesidad pueden ser:

Promover hábitos alimentarios saludables: los hábitos alimentarios pueden instaurarse desde la infancia. Como prioridad, elegir las verduras y frutas que les gusta al niño para luego incrementar otras variedades.

 Fomentar la actividad física: la actividad física genera múltiples beneficios como la reducción del riesgo de diabetes, enfermedades cardiovascular, mejora las habilidades para el aprendizaje, la atención, el control y el procesamiento cognitivo en los niños. Mejora la salud mental, el desempeño psicosocial y el bienestar general del niño.

Dieta saludable, hábitos de sueño y actividad física en la primera infancia: se resalta la importancia de fomentar estilos de vida saludables desde muy temprana edad (alimentarios, de sueño, de actividad física, etc.)

Control del peso: a través de intervenciones integrales que incluyan nutrición, actividad física y apoyo psicosocial, llevadas a cabo por un equipo de multiprofesionales como nutricionista, clínico, psicólogo infantil, etc

Los niños con sobrepeso pueden sentirse discriminados (a veces hasta por su propia familia) “cualquier forma de discriminación es inaceptable y debe ser erradicada”. Por lo tanto, tenemos que prestar especial atención a los niños, a los ámbitos donde frecuenta, los vínculos que establece y las emociones que predominan en el/ella, ya que pueden ser víctimas de multiples aspectos como la estigmatización o el bullying.

La salud mental infanto-juvenil es sumamente importante. La formación de un adulto sano dependerá de la experiencia que tuvo de niño.

¿Cómo superar la separación de un ser querido?

Desde nuestra infancia vamos atravesando inevitables transiciones que nos empobrecen porque el cambio implica perdidas… pero también nos enriquecen, ya que vamos adquiriendo experiencias y por lo tanto maduración.
Las perdidas de personas que queremos nos moviliza internamente a tal punto de «paralizarnos» y siempre es dificil; sea porque nuestro ser querido está «presente físicamente pero ausente psicológicamente», o cuando está «presente psicológicamente pero ausente físicamente». Hay varias perdidas: separaciones, muertes, abandono… y todas nos generan cierto monto de sufrimiento y desorganización en distintos ámbitos:
– en lo sentimental: hay una fuerte angustia que puede desencadenar en ansiedad o pánico, soledad, desolación, desesperanza, crisis espiritual, etc
– en lo cognitivo: aparecen pensamientos de incredulidad, vulnerabilidad, dificultad para concentrarnos, preocupaciones, confusión mental, etc
– en lo conductual: agitación o desgano, insomnio, falta o aumento de apetito, cansancio físico, etc

Con el tiempo, a medida que vamos asimilando la pérdida vamos reacomodándonos en los distintos niveles. Las emociones negativas que experimentabamos se van calmando, vamos viendo con claridad lo sucedido y presentamos un comportamiento más adaptativo ya que podemos ver el dolor con una nueva perspectiva y dedicarnos a la vida con mayor plenitud. Adquirimos más capacidad para resistir el dolor por lo que podemos reorganizarnos nuevamente.

¿Podemos hacer algo ante una pérdida?
Algunos consideran de que no hay otra salida más que aceptar el suceso; otros creen que «el tiempo lo cura todo». En definitiva, son posturas pasivas ante el dolor. Como alternativa se puede optar por interpretar la realidad como un proceso en el que nos permite tener posibilidades, aceptar lo sucedido pero reflexionar y aprender sobre él. Otra postura que suele ser activa pero maladaptativa es evitar lo que más se pueda el sufrimiento y para esto la persona busca hacer cosas para no pensar, se intenta satisfacer las demandas de la realidad externa sin hacer caso a nuestra realidad interna; se busca llenar un vacio en el que no tiene fin.

¿Como podemos asimilar y superar las perdidas?

1) Reconocer que la pérdida no sólo nos repercute a nosotros como individuos sino también como miembros de sistemas familiares: Cada persona dentro del sistema familiar abordará de distinta manera el dolor y los niveles de sufrimiento dependerán del tipo y calidad de vínculo que se formó con la persona ausente. Poder conversar con nuestra familia sobre lo sucedido implica asimilar que hay nuevas experiencias por atravesar y que no estamos solos en eso.

2) Abrirse al dolor: Si suavizamos o evitamos las emociones y/o sentimientos que genera la pérdida, podemos retrasar o perpetuar nuestro duelo. Quienes sufren una pérdida necesitan identificar los distintos matices emocionales que experimentan y que deben elaborar; sea en momentos de reflexión y análisis personal o compartiendo dialogos con familiares y amigos.

3) Identificar racionalmente lo sucedido y obtener un aprendizaje de ello: Tener presente si aparecen autocríticas, sentimientos de culpa, reproches, demandas, etc (incluso aunque los demás no nos hagan responsables de ella) y modificar la perspectiva para obtener un resultado que sirva en el presente. Si sólo tendemos al pasado para autocastigarnos, no aprenderemos de lo sucedido y es probable que nos sintamos cada vez peor, considerando que no hay salida; con la posibilidad de repetir nuestro comportamiento en un futuro.

4) Revisar nuestro mundo de significados: Con la pérdida se pierden nuestras posesiones, capacidades, seres queridos, creencias y presuposiciones que habían sido claras hasta ese momento ya que sustentaban nuestra vida. Ahora hay que redefinir esa experiencia para poder atravesar el dolor.

5) Reconstruir la relación con lo que se ha perdido: Especialmente en los casos de muertes de seres queridos o de rupturas amorosas, uno puede sentirse obligado a «olvidar» a esa persona, sosteniendo la idea equivocada de «seguir adelante sin mirar atrás».
En el divorcio, por ejemplo, se requiere que mantengamos una nueva relación con la persona que hemos perdido. Especialmente en el caso de familias con hijos, los cónyuges que han roto su relación deben encontrar maneras pacíficas y cooperativas de seguir cumpliendo con su papel de padres y esforzarse para evitar que esta colaboración sea saboteada por el resentimiento. Incluso, en las relaciones sin hijos en las que uno de los cónyuges abandona a la pareja, es importante y saludable no deshacerse inmediatamente de todos los recuerdos ya que requiere de un proceso de superación y esto varía en cada persona.

6) Reinventarnos a nosotros mismos: Somos seres sociales que construimos nuestras identidades alrededor de las personas significativas en nuestras vidas: padres, parejas, hijos, amigos… y por ello la pérdida de algunos de ellos nos genera un gran vacío. Esa persona especial con la que vivimos una parte importante de nuestro pasado ya no volverá a estar ahí para recordarnos ese fondo compartido de experiencias y recuerdos que sólo están vinculados a la relación que manteníamos con ella.
Nunca volvemos a ser «nuestro antiguo yo» después de una pérdida importante, aunque podemos construir una identidad que encaje con nuestro nuevo rol y al mismo tiempo establecer una continuidad con el anterior.

A medida que vamos aprendiendo las lecciones de la pérdida, podemos afrontar nuestra vida con otras prioridades, con un criterio más claro respecto a lo que es importante y lo que merece que le dediquemos nuestra atención. Aunque la pérdida sea muy dañina, nos puede orientar a una renovación.

QUE COMER EN LAS FIESTAS

Llegamos a esta altura del año cansados, con muchos festejos de fin de año y muchas veces no sabemos que podemos comer para no subir de peso y tirar todo lo que nos cuidamos en el año.

Primero es importante que sepas que podes comer de todo, sin culpa pero controlando las porciones. Mi consejo personal es que selecciones  las opciones que realmente te gustan para no desperdiciar calorías en algo que no disfrutes tanto. 

Por otro lado te doy algunas recomendaciones a seguir:

  • Esos días no aflojes con el consumo de agua, recordá que se necesitan  aproximadamente 2 litros de agua por día.
  • 1 hora antes de la comida consumí alimentos proteicos y bajos en grasas (clara de huevos, quesos, carnes rojas y blancas todos) para darte saciedad. Si tenes alimentación vegana podes consumir tofu, legumbres o  frutos secos.
  • Prepará  tragos sin alcohol: por ejemplo limonada con menta y jengibre. Elegí  bebidas sin azúcar y en caso de que sean bebidas con alcohol controla su consumo. Trata de tener cerca algún vaso de agua con o sin gas y obligarte a tomarlo.
  • Cuando vayas a consumir alimentos dulces selecciona los que te gusten mucho y trata de que sea una sola vez al día, por ejemplo postre o confituras navideñas, o mantecol, o turrón, o  pan dulce (acordate que todos estos alimentos son muy altos en calorías).
  • Comé despacio, tene en cuenta que el estómago necesita 20 minutos para avisarte que está lleno.

Por último te dejo algunas ideas de menú que son altas en proteínas y te van a dar saciedad:

Entradas:

  • Huevos rellenos (con la yema, queso untable y ciboulette)
  • Tomates rellenos con atún y un poco de arroz integral y mayonesa light
  • Brochete caprese (tomate, queso y albahaca)
  • Rollitos de berenjenas con jamón y queso
  • Matambre o pollo arrollado
  • Lengua a la vinagreta
  • Vithel thone (nalga o peceto, atún al natural,  queso crema descremado, anchoas, huevos duros, mostaza, vinagre, aceite, caldo, aceitunas)
  • Bocaditos de clara y verduras (berenjenas, zapallitos) o de jamón y queso
  • Torres de panqueques, vegetales (zanahoria, tomate y lechuga), jamón y queso o atún
  • Bocaditos de carne picada con salsita
  • Copa de langostinos, palta y palmitos
  • Bocaditos de kani kama y queso crema

Plato principal

  • Algo proteico (Asado, pavita, pollo relleno, matambre a la pizza, codero, lechón,  etc) con ensaladas de verduras crudas y de variedad de colores. Si fueras vegetariano, hamburguesas de legumbres, con ensalada de arroz y verduras o verduras rellenas horneadas

Postres:

  • Ensalada de frutas con helado
  • Frutas con crema
  • Brochete de frutas con chocolates
  • Tufas de avena
  • Torta helada (pionono, helado y frutas)
  • Pavloba (crema, merengue y frutillas)

Te deseo FELICES FIESTAS y un comienzo de año lleno de salud, paz y felicidad. No te olvides de proponerte objetivos concretos y detallados  con el deseo firme de lograrlos en el transcurso del año.